Antes de iniciar este artículo, pensé mucho si tendría sentido expresar algunas cosas que puedan parecer obvias. Pero recordé que lo que es obvio para mí, no siempre es obvio para otros. Te voy a dar un spoiler: la idea aquí es hablar con los más jóvenes, con quienes tienen entre veinte y pocos o incluso veinte y muchos años, pero aún no han encontrado su camino en la publicidad. Pero si eres un líder o un gerente, sea de esta área o no, me pone feliz tener como acompañante de lectura a una persona que puede ayudar a los nuevos a evolucionar. Vamos juntos.
Cuando inicié mi carrera de redactor publicitario, solo estaba seguro de una cosa: no sabía absolutamente nada y necesitaba aprender mucho para alcanzar esa meta, sin siquiera saber cuál era “esa meta”. Actualmente, mientras más experiencia tengo, veo que es necesario seguir aprendiendo. Mi duda, en relación con las nuevas generaciones que están llegando a las agencias de publicidad, es: ¿en qué momento desaprendemos a permitirnos el aprendizaje?
En este mundo postapocalíptico de pandemia y bombardeado de noticias falsas, Netflix y todos los streamings disponibles, generamos una generación de ansiosos. Por más que la ansiedad no tenga edad, trabajar con la inmediatez de un equipo hoy no es solo problema de los psicólogos y de RH. Debemos poner la jornada de una carrera exitosa en los rieles. Para esto, los líderes buscan cada día más profesionales que quieran.
Querer es el nuevo desafío
Si cada día el mercado selecciona más a las personas, motivado por la evolución de la inteligencia artificial que está ayudando a crear equipos más reducidos, ¿cuál es el perfil del nuevo publicista que nosotros los líderes estamos buscando?
Todos queremos ganar más y trabajar menos. Pero la seguridad de que el mundo debe algo para sí mismo y que el capitalismo siempre es explotador fuerza a las generaciones actuales a tener miedo de trabajar más para evolucionar. El miedo del estrés y del burnout borra la necesidad del querer y la persona, por más tenga mucho talento, no se arriesga y no se permite trabajar un poco más en un momento de la vida en el cual es posible hacer eso: cuando se es joven.
Sé que puede parecer polémico y la intención no es decirle a nadie “miedoso”. El diagnóstico de nuevas enfermedades, como el burnout, y toda la transformación de la sociedad en pro de la calidad de vida son sumamente relevantes. Después de todo, todos somos seres humanos. Pero lo que quiero decir aquí es que esto ha impedido a las personas de esforzarse al punto de que haya personas recién graduadas que no sabe absolutamente nada de tecnología o cómo crear y guardar una planilla de Excel en el computador (sí, ya nos ha pasado aquí en la agencia). Esto está relacionado con la ley del menor esfuerzo que ha creado este nuevo mundo de personas que nacieron ya conectadas. Si eres una de ellas, no te preocupes, no es obsoleto aprender Excel o lo básico sobre Windows. Exactamente es en este punto que muchos pecan.
Pon en la pantalla: “queremos personas que quieran”
El clima de trabajo en una agencia, dependiendo del día, varía de 12ºC a 45ºC. Lo que hace que esa temperatura baje o sea agradable, digamos, son las necesidades y urgencias del cliente, su momento de mercado, si su economía es buena o no y si hay alguna campaña urgente que saldrá al aire. Ya notaste que el cliente está en el centro de todo y que hacemos de esto nuestro día a día, ¿cierto?
Exactamente. Lo que necesitamos (y puedo decir, sin miedo a equivocarme, que el mercado publicitario en general, también lo necesita) es gente con ganas de querer hacer las cosas realidad y que entienda que solamente teniendo ese conocimiento del cliente es que se avanza. Y, para lograrlo, hay que tener la mente abierta y decirse a sí mismo, al inicio de la carrera, de la jornada de trabajo: “quiero aprender, escuchar, practicar y después hacer, para ayudar a hacerlo realidad”. La rutina no es fácil, pero ¿quién dijo que lo era? Asumir que el mundo no te debe nada, pero tú, con tu falta de experiencia, le debes mucho al mundo es el primer paso para permitir que la evolución empiece.
Aquí, en la agencia, buscamos personas que quieran entender de tecnología, carros, inversiones, animales, comida, en fin, todo el mix de clientes que forman las llaves que giramos todo el tiempo en el trabajo, ya sea para atender, escribir, diseñar, planear. El ser creativo que hace a un ideatore va mucho más allá de entender las necesidades del cliente. Es necesario permitirse, explorar, vivir mucho de cada mercado con las ganas genuinas de aprender. Somo de esta forma se crea un trabajo auténtico, creativo y que genera impacto para nuestros clientes, como defendemos nuestros valores.
¿Notas cómo todo esto viene antes de la promoción? ¿Cómo la actitud importa directamente a mediano plazo? No será en tres meses, ni en seis. De hecho, el tiempo no es una regla y no te puedes apegar a este como factor decisivo. A mí, personalmente, me llevó cinco años salir de un cargo de gerencia y volverme socio y director. Cada jornada es individual, pero la importancia de tu actitud es lo que va a definir tu papel en el equipo y, principalmente, qué tan relevante eres para el cliente. La relevancia que alcances es la misma que hará que crezcas. Entonces, no olvides el mantra: el cliente está en el centro de todo.
Actitud + presente
Si estamos hablando de hoy, la actitud es fundamental. Solo esta nos hace estar más presentes en el día a día. No existe eso de esperar el momento adecuado o el mundo ideal. Al hacer un poco hoy y demostrarle al gestor o a todo el equipo que hay ganas de avanzar, será responsabilidad de los líderes ver ese potencial, desarrollarlo y dar la oportunidad en el momento en que surja.
Ya seas un estudiante o un profesional joven iniciando tu carrera, ten presente que todo depende exclusivamente de ti. Aprende a remar cuando sea necesario y esperar vientos mejores hasta encontrar el camino, pero nunca dejando de remar. No será fácil, no importa lo que tus padres te hayan dicho o no. Olvida todo lo que viste en Internet y ten presente que la práctica en el trabajo será muy diferente de la realidad de la universidad, porque va a involucrar mucho el hecho de quién deseas ser en el futuro. Y si eres un profesional con experiencia, me pone feliz que estés leyendo esto me imagino que todo lo que he dicho puede ser un mar de obviedades. Entonces te pido tu ayuda como responsable de formar a las próximas generaciones de que les digas a todos los que quieren alcanzar esa meta que aprendan a querer.
El mercado siempre seleccionará los mejores y la IA reemplazará a quienes realmente no quieran, no insistan. Hasta el momento, la máquina sí aprende automáticamente, pero el cerebro humano es indispensable para pensar, además de programarla a hacerlo y ser cada día más inteligente.
Les dejo esta invitación a la reflexión: ¿qué es lo que realmente quieres?